Ayer, hoy y mañana: Una mirada sobre la nación Mapuche
En San Carlos de Bariloche, el área de servicio de los hoteles está conformada por ciudadanos de rasgos indígenas. En San Carlos de Bariloche, el área de servicio de los restaurantes está conformada por genes mapuche-tehuelche. Marín Ñancunao observa. Su mirada mezcla de intuición y perspicacia, de calidez y liderazgo, narra su historia con cierta naturalidad, con cierto reparo. No es fácil sentirse escuchado, no sin prejuicios. Su niñez y primera adolescencia en la escuela privada estuvieron signadas por actos de discriminación hacia él, el negro, el indígena. “Más cuando me dejé crecer el pelo: un indígena de pelo largo y negro. No me dejaban entrar a algunos lugares, incluso si iba con un grupo de gente: ‘vos no’, me decían”, nos narra Marín, descendiente mapuche-tehuelche. No fue sino hasta cambiar “a la pública” donde encontró a otros igual a él, donde pudo aceptar sus orígenes y dejar crecer la sensación de pertenencia, de defensor de lo originario.
Según el Censo Nacional correspondiente al año 2010, un 7,2% de la población de la provincia de Río Negro es indígena, de los cuales el 4,1% es analfabeta. “La deserción escolar muchas veces es más por pobreza. El tema es que los pobres son en su mayoría indígenas o descendientes de indígenas. De esta manera se disfraza la problemática social en Bariloche, normalizando que sea el indígena quien trabaja en empleos de más fácil acceso y de condiciones precarizadas”, afirma Marín Ñancunao, administrativo en hotelería. Su mirada es clara, incisiva. No terminó la secundaria, pero el conocimiento y compromiso para con su pueblo se refleja en la firmeza de sus palabras, en las que se acentúa que hay una normalización de la precariedad, de la deserción, de la supuesta ignorancia de un pueblo que observa; detenido en la soledad del sur, observa; cuidador intuitivo de su tierra, observa. Desde allí, desde “el alto” de la ciudad de Bariloche —ese barrio al que hay que ocultar a la vista del turismo, a la realidad de aquellos ciudadanos cuya percepción no es tan grato desvelar—; desde allí, el pueblo mapuche observa.